Y después del máster qué? NO AL EXILIO

Han sido los dos peores años de mi vida, pero no me puedo quejar. La crisis (y yo que me quería dedicar a la investigación), la vida en general y un Trabajo fin de Máster de por medio. Maldito Trabajo fin de Máster. El mes que viene lo presento y aunque intento quitarle importancia, la importancia me va comiendo terreno y la tensión va llegando con el paso de los días. Resulta que es la culminación de una etapa importante así que tiene pinta de ser uno de esos momentos trascendentales. El tema, además, la lucha por la verdad, la justicia y la reparación alrededor de la represión franquista desde la Arqueología, creo que es digno de hacerse bien, así que la responsabilidad y la presión ya me la he metido yo solito.
Hay personas cuya vida va por carriles, la mía va por un camino de cabras. Tardé en decantarme por un tema de investigación un año. Tardé en ponerme a investigar otro más y ahora, con las ideas claras, estoy escribiendo las últimas páginas de mi inacabada obra. Pero ¿Cómo es la vida de alguien que está finalizando un posgrado en España? Para empezar, si tienes trabajo te puedes dar con un canto en los dientes (y me doy con un canto en los dientes). Y después de la pedrada viene la pregunta del millón: ¿Y ahora qué?
Pues yo pensaba irme muy lejos. Cruzar la frontera para aprender inglés. Vaya maneras de engañarnos que tenemos los seres humanos, está bien estudiado, se llama mecanismos de defensa. ¿Aprender inglés? Como si no pudiese hacerlo desde mi casa. Yo había pensado: ¡Me largo! ¡Ahí os quedáis! Será el cabreo generalizado. No obstante las semanas pasan y el día de presentar el TFM se acerca. El futuro parece que se va convirtiendo en presente y todo se va aclarando. ¿Qué es eso de irse?, me pregunto ¿Te rindes?, me vuelvo a preguntar. Me digo que estos personajes a mi no me echan de mi país, que yo valgo mucho más que ellos y que de aquí no me muevo. Ya viajaré por todo el mundo cuando pueda y me apetezca, pero por placer ¿Qué es eso de irme porque no me han dejado nada de aliciente para seguir aquí? Antes me muero de hambre en la puerta de su casa, señores dirigentes.

Como decía, han sido dos años muy jodidos. Como cuando salen en la tele y nos dicen que nos espera el invierno más frío desde 1870, yo también he vivido mis dos inviernos más fríos desde 1870. Pero tampoco han sido tan malos y es bueno relativizar en estos casos. ¿La crisis? Me ha servido para re-inventarme y decidirme a dar pasos que me llevarán por caminos apasionantes; pasos que no hubiese dado sin esta crisis. ¿Los palos que da la vida? Ahora me conozco mejor y he aprendido de errores pasados; como dice un buen amigo la persona que no ha vivido un amor fuerte está muy limitada para comprender la vida y si bien es verdad que a veces la vida resulta una broma incomprensible creo que la frase no va muy desencaminada. Otro amigo dice que hay que ser un hombre que se viste por los pies y en eso hemos estado, aprendiendo a vestirnos a base de errores. Bendita juventud. Ahora no hay que volver a cometerlos, de primeras parece fácil.
Ahora se acerca el día de presentación del TFM y creo que está claro que el paso va a ser dado como una especie de símbolo. Y después vendrá un abismo sobre el que saltar en plan jackass, pero con paracaídas, que no cunda el pánico. Ya sé lo que quiero. No tengo miedo a hacer realidad mis sueños aquí, en este país arruinado, pero nuestro país al fin y al cabo. No temo quedarme aquí y luchar. ¿Qué es eso de irse? Como dice Sabina yo me bajo en Atocha, yo me quedo en Madrid. Porque aquí está la gente que quiero, porque esta es mi ciudad y porque este es mi país. Porque ya he estado fuera y sé lo que es echar de menos mi gente, mi casa y mi sitio y no pienso pasar otra vez por ello. Porque si alguien se tiene que ir son ellos, los politicastros de pacotilla que se alegran por cada joven que se larga ya que es un dígito menos en las cifras del paro. Lo que no dicen es que es un EXILIADO más en las listas del exilio socio-económico al que nos estamos viendo obligados. Pero que no nos nublen la vista pues esta es nuestra casa, quedémonos a salvarla, quedémonos a cumplir nuestras expectativas aquí. Es cierto que ha llegado un momento en que hay que ser más valiente para quedarse que para irse. Nos han dejado un país en ruinas, pero al menos sigue siendo mi casa, mis amigos, mi familia y mis recuerdos. Yo no me voy. A mí no me echan. Yo me bajo en Atocha, yo me quedo en Madrid.

Comentarios

Entradas populares