Vivir del Sistema

          El otro día un gran amigo mío me dijo que yo había vivido del Sistema y la verdad es que fue algo que me llegó a las entrañas. Pero es verdad, es algo que he hecho. No obstante quería escribir este artículo para mi amigo, porque si él piensa así, es en realidad por culpa de gente como yo que pudiendo enseñar qué es eso de vivir del Sistema no lo hace. Así que aquí va un intento de explicar en qué consiste.
          Se calcula que un estudiante universitario paga entre un 15 y un 20 por ciento de lo que cuesta su formación. Es decir que un 80 por cien lo paga el Estado. Pero ¿y si no fuera así? Aquí entra a la palestra el término de Justicia. ¿Sería justo que sólo pudiesen estudiar enseñanzas superiores (módulos superiores, universidad...) los que pudiesen pagar el 100% de la matrícula? Si así fuese ni mi amigo ni yo hubiésemos podido estudiar, nuestros padres ni si quiera hubiesen podido pagar el colegio o el instituto, cuyo coste al Estado asciende a 5.493 euros por cada estudiante de bachillerato al año según el estudio realizado el pasado año por BBVA Research. Ese estudio, además, admite que es una inversión rentable, así pues vemos como todos y cada uno de los estudiantes desde prescolar y primaria hasta la universidad y pasando por el instituto han vivido del Estado, es decir, se han gastado muchos miles de euros en nosotros ¿y eso es malo? La respuesta rotunda es NO. Si no fuese así la mayor parte de la población no podría ascender socialmente y los hijos de obreros serían obreros toda su vida. Yo de corazón pienso que el hijo de un currito tiene el derecho a vivir mejor que sus padres, por lo tanto mediante los conceptos de Ayuda del Estado y Justicia llego a la conclusión de que recibir ayudas del Estado es justo para la gran mayoría de la población.
          Imaginémonos ahora por un segundo que el Sistema, el Estado, no diese ayudas en temas tan principales como la Industria, la Educación, la Agricultura, la Sanidad, las Pensiones... si no hubiese ayudas para comprar coches la industria del automóvil se hundiría (seamos benévolos pues con los que viven del Sistema usando ayudas para cambiar sus coches); si la población no recibiese ayuda del Estado para comprar las medicinas que nos receta el médico (espero que todo el mundo sepa a estas alturas que lo que pagamos por las medicinas no es su precio real sino el subvencionado por el Estado) ni una familia normal podría costearse los caros tratamientos contra el cáncer; si el Estado no nos pagase el médico a todos muchos morirían de simples pulmonías en invierno por no poder pagarse una consulta... si la Unión Europea no invirtiese la milimillonada de euros que invierte cada año en la Política Agraria Común nuestros agricultores... que digo, ¡no tendríamos agricultores porque no sale rentable cultivar si no es con subvenciones! Y así un largo ejemplo.
          Lo que quiero decir con todos estos ejemplos es que todos vivimos del Sistema y eso es algo bueno. Porque el Estado, así, nos permite vivir con orgullosa dignidad, nos permite que nuestros hijos puedan estudiar, nos permite ir al médico, nos permite cambiar de coche con sus ayudas, vivir de la agricultura o la industria o que nuestros abuelos puedan gozar de una vejez digna. El Estado del Bienestar, así lo llaman, nos iguala y nos hace grandes a todos en nuestro conjunto porque la suma de las partes no es igual que las partes separadas sino que las supera y si alguien me dijese que había un país donde todo el mundo podía ir al médico sin restricciones yo le diría que eso es mentira pero así era nuestro país hasta hace pocos años, ya veis, era una utopía hecha realidad, no me digáis que no es algo digno de conservar.
          Hay que comprender que no se es malo vivir del Sistema porque es el Sistema el que nos permite ascender socialmente. En los países que son muy ricos pero cuyo estado social es muy pobre (como en EEUU) se observa la pobreza y la desigualdad a raudales, también en educación y sanidad, donde ni mucho menos la gran mayoría pude pagar los estudios de sus hijos que, obviamente, se quedan sin estudios pasando a formar parte de una masa más ignorante y por lo tanto más fácil de manipular. Gracias al modelo del bienestar europeo eso aquí todavía no sucede y es algo de lo que tenemos que estar muy orgullos: orgullos de vivir en un país donde se nos permite vivir del Sistema antes que pudrirnos en él.

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