¿A quién no le ha pasado un camión por encima alguna vez?


No creo que nadie deba considerarse valiente por aguantar que un camión le pase por encima. El camión pasa y punto, tú lo aguantas porque no tienes otra cosa que hacer en ese preciso momento o porque no se te ha dado la elección. O no lo aguantas y te desmayas y te crees morir. Al pasar un tiempo te despiertas en el hospital y resulta que aunque tú creías que morías tu cuerpo lo ha aguantado por ti ¡serás cobarde, ha tenido que venir tu cuerpo a salvarte la vida! Nosotros no somos especialmente valientes por aguantar ese camión arrollador y ruidoso aplastándonos.

La valentía llega cuando te recuperas y te atreves a cruzar de nuevo la calle cada día por el mismo paso de cebra en el que fuiste arrollado, y eso hay muy poca gente que lo consiga. La arrogante heroicidad del valiente consiste en volver a la escena del accidente y pasar para que otro camión frene y se quede esperando mientras cruzas con los aires del que ha sobrevivido a un gran accidente. Eso no lo consigue casi nadie.

El héroe Felix Baumgartner es un ejemplo de ello ya que tras saltar desde la extratosfera al vacío y sobrepasar la velocidad del sonido con creces y realizar la caída libre más larga de la historia decidió que no quería volver a saltar nunca más. En su salto perdió el conocimiento por momentos, perdió el control, se supo medio muerto y no quiere volver allí, a esa sensación que es lo que se debe sentir cuando estás debajo de las ruedas de un camión. Felix es el ejemplo de la cobardía de los valientes. La valentía de los valientes es la que roza la locura, es la del torero volviendo a los ruedos con un ojo menos, tras haber sido atravesados su cuello, su cara y su ingle por un toro y casi haber muerto desangrado. La valentía es la del que vuelve al vagón del tren que explotó con él dentro el mismo día y a la misma hora de la explosión al año siguiente. La valentía se convierte entonces en una especie de acto ciego de fe. Esa valentía o fe queda ejemplificada por Niki Lauda, ese hombre que salió ardiendo de un coche de carreras y, tras quedar medio muerto y desfigurado por las llamas, volvió para seguir ganando mundiales de Fórmula 1. ¿Hasta donde puede llegar la locura del ser humano? ¿Es Niki un loco o un héroe? Tal vez las dos cosas ¿Es Felix un cobarde? No lo creo, sólo ama la vida por encima de cualquier otra cosa. La vida, que en última instancia es lo único que nos queda y a la vez todo lo que tenemos.

Hay experiencias que es como si te pasase un camión por encima. Vamos, piensa en la tuya, seguro que has tenido una y que sobreviviste. ¿Te atreves a volver a intentarlo o el miedo te ha paralizado? Suena cobarde quedarse paralizado por el miedo aunque quizás sea el tiempo el que lo paraliza todo y no nos deja volver a probar. Quizás no dependa de nosotros o también puede ser que no queramos arriesgarnos a que el camión nos pase de nuevo por encima.

Yo, personalmente, si fuese tú me arriesgaría. Por mucho que ames la vida como lo hace Felix hay que decir que el comportamiento heroico de Niki será siempre eterno. El de volver (y ganar) o el de volver y punto, al menos el de levantarse, sacudirse el polvo... y volver.

¿Qué es poesía? Dices mientras clavas
en mi pupila tu pupila azul.
¿Qué es poesía? ¿Y tú me lo preguntas?
Poesía... eres tú.

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