La revolución de los granitos de arena

El otro día hablaba con una amiga sobre la impotencia que se siente al ver que todo lo que te rodea está corrompido y que no puedes hacer nada para cambiarlo. Hablábamos de la política de su país y del mío y el sentimiento de no poder realizar ningún acto sólido para cambiar en el mundo que nos rodea y hacerlo más justo y mejor era algo que le enervaba. Ese sentimiento de frustración, de impotencia, es lo que lleva a muchas personas a quedarse en casa y no intentar ni si quiera soñar con nuevos horizontes diferentes a la moto que nos están vendiendo y que ya no cuela.

Mi amiga me preguntó las razones por la que me metía en política en un partido, Podemos, que acababa de nacer, ya que era imposible cambiar las cosas. ¿Qué vas a conseguir? No se puede hacer nada. Esa es la afirmación que lleva a muchas personas incluso a quedarse en casa el día de las votaciones para elegir a nuestros representantes. Nos han hecho creer que la democracia es ir a votar cada cuatro años y olvidarnos de la política hasta que pasen otro cuatro y volvamos a las urnas a elegir a gente que en realidad no nos representa, ni a nosotros ni a nuestros intereses, como individuos ni como nación.

¿Qué voy a conseguir? Pues no sé hasta donde vamos a llegar aunque el corazón me dice que vamos a llegar muy, muy lejos, y que vamos a desfallecer antes de quedarnos a mitad de camino en nuestro intento por recuperar la democracia. Porque la democracia no es ir a votar cada cuatro años sino preocuparse cada día de lo que pasa a tu alrededor. La democracia es un campo de juego en el cual o estás o otros van a jugar por ti, te van a hacer trampas y te la van a meter doblada si no juegas. Democracia es que el poder reside en el pueblo y tenemos que recuperarlo saliendo a las plazas a manifestar nuestras intenciones y votando en contra de quienes nos lo van quitado todo.

Lo que le contesté a mi amiga fue que no pretendía cambiar las cosas porque una simple persona no puede cambiar las cosas. Lo que pretendía y lo que pretendo es ser un granito de arena más, un germen del cambio en las mentalidades que ahora están engañadas o dormidas. Porque la única manera de cambiar las cosas es sembrar semillas de esperanza en la gente que hay a tu alrededor, entre tus amigos, entre tus familiares, entre tus allegados. Mostrar, siendo uno más, que hay formas más justas y decentes, más dignas y más grandes de hacer las cosas.

La acción de compartir un vídeo en internet se puede volver algo revolucionario porque contribuirá a cambiar las mentalidades y acabar con esta casta política vendida a los mercados; animar a la gente a hablar de política (porque la política lo es todo, incluso fumar o no en los bares depende de la política) es un acto que puede cambiar las mentalidades... Hacer política no significa que te voten y forrarte, hacer política no es ir a votar cada cuatro años. Para hacer política no hay que ganar dinero con ello ni tienes que ser político de profesión. Aquí estamos para enseñar a los demás que esto ha estallado, que el sistema que nos proponen está acabado y que un nuevo mundo más limpio, más justo y que no se base en la codicia y en la explotación es posible. Fíjense si puede haber programas electorales "revolucionarios" que Podemos ha incluido en su programa que si una empresa tiene beneficios  no puede despedir a ningún trabajador. ¿Revolucionario? Yo diría más bien que es el sentido común llamando a las puertas de la política o de la economía.

A ti, que lees esto, te pido que seas un granito de arena, que no te dejes engañar, que seas justo y que trabajes para derrocar a una casta política que no nos representa. Te pido que formes parte de ese 99% de gente decente que formamos este país y que estamos hasta las narices de los que dicen ser nuestros políticos pero que solo representan a las grandes corporaciones y a los más altos intereses de la codicia y de la maldad.


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