Una campaña que ha sido hermosa

Hay dos palabras que resumen la campaña que hoy hemos acabado para las elecciones europeas: trabajo e ilusión. En estos días hemos roto brochas pegando carteles, hemos gastado cubos de cola, hemos empapelado literalmente las calles y hemos sufrido el sueño y el cansancio en nuestras cabezas y articulaciones. Ayer algunos acababan de pegar en Vicálvaro a las cinco de la mañana con más dolor de brazos que ninguna otra cosa después de manejar la brocha mejor que Velázquez y de manipular carteles mejor que Gutemberg. A toda esa gente de los cientos de círculos les doy las gracias de todo corazón. Vaya trabajo bien hecho.

Ha sido hermoso ver a gente sonreír por la calle y gritarte ¡PODEMOS! al vernos repartir octavillas o pegar carteles. Ha sido hermoso ver a la gente ilusionada de nuevo con la política, porque la política y las sonrisas por la calle no deberían estar tan peleadas como lo han estado últimamente, porque se puede volver a creer en un proyecto político ahora que estamos en marcha y que seguimos creciendo a pasos agigantados.

Me ha llenado el corazón conocer a tanta gente decente, humilde y buena que me ha escrito y que nos ha animado a seguir por este camino, el de los ratones contra los gatos que nos gobiernan. El apoyo que nos ha brindado la calle estos días ha sido delicioso y nos ha enganchado como una droga. Sé que vamos por el buen camino cuando la gente se acerca a pedir información, a decirte que nos van a votar o a pedirnos pegatinas para pegarlas en su trabajo. Mil gracias a mi barrio, Vicálvaro, que ha sido cálido en estos días y estas noches de llenar de carteles las calles y de poner mesas informativas.

Me quedo con eso, con el brillo en los ojos de la gente, con la sonrisa del viandante, con el calor que se siente y que para mi es el motor de la búsqueda del cambio. Ha sido una experiencia increíble; ahora nos toca descansar y votar para echar de las instituciones a la gente que no nos representa. Ahora cada votante tiene que luchar contra la resignación y votar para el cambio porque claro que podemos.