Un vistazo a la actualidad

Me van a perdonar ustedes la intromisión y el desempolvamiento de este viejo rincón que es Thomasso sin Crisis para hacer mención a los últimos hechos, tristes hechos, acaecidos en la vida de este país que es el mío y por cuyos acontecimientos no puedo guardar silencio.

Llevo algún tiempo alejado de la política (lo que he ganado en tranquilidad y salud) pero es vergonzoso ver como este país se desangra sin alzar al menos la voz, por no alzar la mano y darle de ostias a quien tanto se las merecen, que no son otros que los señores y las señoras de nuestro gobierno.

Tengo que hacer referencia a dos hechos últimos que han causado tanto mal; el primero es la llegada del ébola a nuestro país, traído mediante decisión política de meter ese virus en nuestras fronteras. El segundo hecho son las tarjetas black de la antigua Caja Madrid y actual Bankia. Lo primero que quiero decir es que se me revuelve el estómago, literalmente, al pensar en estos temas. La decadencia moral de este país ya no conoce límites y la mafia nos gobierna a sus anchas sin que nuestra permisiva legislación haga nada al respecto. Digo públicamente que me avergüenzo de la cultura política de este país, que trajo al PP al poder sabiendo quienes y cómo eran. Me avergüenzo; porque somos el hazmerreír de occidente y no es para menos. Porque vamos con cuarenta años de retraso en cultura democrática y no es para menos arrastrando la dictadura atroz y asesina que arrastra nuestra historia reciente.

Este país no puede resistir este desangramiento moral, político, económico y personal. Porque los genios se van, los jóvenes se van, el futuro se va. ¿Y quién se va a quedar, las ovejas? Cuando no quede gente crítica dentro de las fronteras, ¿qué pasará? Pues lo de siempre, que los burros agacharán la cabeza y el que les enseña la zanahoria se partirá el ojete de ellos al ver como desfilan ¿Dónde está el límite a tanta barbarie política? ¿Dónde está el límite de tanto sinsentido?

El ébola, ese virus tan jodido, ¿qué hacemos con él? se preguntó Rajoy un día. Pues vamos a traerlo a España y a ver que pasa. ¿Trajes preparados? Nada ¿Gente preparada? Hemos desmantelado el Hospital Carlos III con la crisis ¿Cursos? De un cuarto de hora (¡Pero si en África los hacen de dos semanas para que estén preparados! ¡No pasa nada!) ¿Posibilidad de que algo salga mal y el virus contagie a alguien poniéndolo en serio peligro de muerte? Todas ¿Traemos el virus a España? ¡Por supuesto! Panda de zoquetes. Que se contagien ellos y que nos libren de su estupidez de una vez por todas.

¿Las tarjetas black de Caja Madrid? Es, desgraciadamente, sólo un episodio más de lo que ha sido este país desde que en 1998 el gran don Jose María Aznar diese el pistoletazo de salida al crecimiento económico más desigual, insano e inmoral, con la famosa Ley de Suelos, que se ha traído a este país de sinvergüenzas. Una burbuja inmobiliaria que nos explotó a todos en la cara y que durante una década trajo una visión de riqueza que no era real, pues el modelo de crecimiento era la mayor bazofia diseñada por la peor calaña.

Y me veo obligado a referirme de nuevo a la piedra angular de nuestro gobierno del PP: La Mentira. Llegar al poder mintiendo descaradamente a los españoles; diciendo que iban a crear empleo cuando ya sabían de sobra las directrices de una Reforma Laboral que sólo hizo que el paro aumentara, mientras el número de ricos se multiplicaba en el país. Y más parados, y la mejor generación de la historia de nuestro país, los jóvenes más preparados, yéndose fuera. Manda cojones, manda huevos.

Y siento tanto resquemor en mis palabras, tanta desidia y tanto coraje, pero no es para menos. Sólo una regeneración política de verdad, desde abajo, algo nuevo, podrá salvarnos. Esperemos que algo pase, que haya regeneración de verdad, que la gente se adecente y elija a gobiernos de gente decente; esperemos que robar y enriquecerse inmoralmente empiece a estar mal visto en este país, pero ahora mismo lo único que queda es esperanza, porque a uno le da la sensación de que se lo han quitado todo, hasta la salud de su patria, hasta la dignidad de su tierra.

Con razón paso de encender la tele, paso de leer la prensa más de diez minutos seguidos, porque amarga esta situación tan amarga, porque es brutal tener conciencia política y ver como tu país se desangra porque la democracia a aupado al poder a ladrones, ineptos y mafiosos.

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